En este momento estás viendo La Positividad Tóxica

La Positividad Tóxica

¡Cuánto daño ha hecho Mr. Wonderful!

¡No me canso de decir esta frase! Y es que vivimos en una época en la que parece obligado estar siempre bien, y si no lo estás… ¡es que algo estás haciendo mal! Compartimos frases inspiradoras, bonitas, motivadoras… y vacías en Instagram y si vemos que alguien está mal pues vamos rápido a decirle “no estés mal… ¡mira el lado bueno!”.

Pues ahora te voy a decir yo otra frase… “ESTÁ BIEN NO ESTAR SIEMPRE BIEN”

¡Es imposible! Permítete tus momentos y tu espacio para estar bien, mal o regular… y no caer en la positividad tóxica.

Eso es cuando tratamos de imponer una actitud falsamente positiva, “obligando” a un estado optimista y feliz, sin mucha base de realidad y sea cual sea la situación, tratando de tapar lo negativo. Y como puedes imaginar… esto no suele ser bueno.

¿Qué pasa cuando reaccionamos al malestar con frases vacías y supuestamente positivas?

Que es muy peligroso, porque si te digo que hay que estar feliz, sonreír, que querer es poder, que nunca hay que rendirse… y no lo consigues, ¿qué pasa?, ¿qué mensaje hay detrás?

El mensaje es que quien no está bien, quien no puede… es porque no quiere, porque no le echa ganas… ¡y eso no es así! Con ese tipo de “positividad” podemos acabar generando más malestar, presión o culpabilidad en esa persona que ya se encuentra… regular.

Y provocar que se acaben invalidando y escondiendo las emociones y pensamientos, porque si va a ser mal visto, por ejemplo, estar triste… pues lo oculto, no muestro vulnerabilidad, me lo guardo dentro y sonrío.

Entonces, estos mensajes que pueden parecer de ayuda, acaban siendo un juicio moral de cómo han de sentirse las personas.

Si realmente deseamos apoyar a una persona hemos de hacerla sentir validada y escuchada. Es mucho más interesante evitar querer resolver sus problemas y comunicarle que AHORA está bien sentirse como se siente, desde la empatía y el estar en el momento presente acompañando.

 A veces hay momentos difíciles ¿Y QUÉ PASA? No es obligación (o no debe serlo) estar felices cada minuto de nuestro día.

Deja una respuesta